El peligro del círculo vicioso de la IA en la educación

30.3.2024

La IA ha entrado con fuerza en las aulas. Como docentes, la utilizamos para generar actividades personalizadas para nuestros alumnos. También nos servimos de ella para corregir y evaluar los trabajos realizados. Pero, atención, este podría ser el principio de un círculo vicioso de la IA en la educación.

El alumnado, lejos de quedarse atrás, también ha aprendido a utilizar estos sistemas de IA para realizar las tareas encomendadas. Redactan textos, programan, resuelven problemas… todo con la ayuda de su asistente virtual particular. Nos encontramos, pues, en un escenario paradójico donde muchas veces la IA puede estar evaluando aquello que otra IA ha generado.

Si la sabiduría proviene del cuestionamiento constante, ¿cómo podemos aspirar a que una máquina, por muy inteligente que sea, desarrolle un verdadero aprendizaje significativo? La inteligencia artificial no deja de ser un espejo que refleja nuestras propias instrucciones.

Centrémonos en los principales retos que se nos presentan en este panorama paradójico:

En primer lugar, ¿cómo evaluamos realmente las competencias del alumnado? ¿Quizás simplemente estamos midiendo la capacidad de nuestros estudiantes para utilizar una buena IA? Ya me veo corrigiendo un examen y pensando: “Esta respuesta es brillante… pero no sé si la ha escrito un humano o un sistema de IA”.

En segundo lugar, ¿permitimos que el alumnado se convierta en mero consumidor de contenidos generados por IA? O seremos capaces de fomentar que sean creadores activos de conocimiento propio? Ya me veo en el futuro dando clases a un auditorio lleno de avatares digitales generados por IA. Centenares de alumnos virtuales escuchando con respetuosa pasividad mientras intento infructuosamente despertar un pensamiento crítico inexistente.

¡Y hablemos del plagio y el fraude académico! ¿Cómo lo evitamos si todos tienen acceso a contenidos de alta calidad generados por IA? ¿Haremos un llamado al sentido ético y moral de nuestros alumnos? O quizás los sistemas de IA del futuro incorporarán detectores de contenido artificialmente generado.

No todo son sombras en este escenario, también hay luces. La IA nos permite optimizar procesos, personalizar el aprendizaje, liberar tiempo para dedicarlo a aspectos más enriquecedores de la docencia. Pero no nos engañemos, estos beneficios también traerán grandes retos.

Como docentes tendremos que aprender a navegar por este nuevo paradigma, integrando inteligentemente la tecnología sin perder de vista los verdaderos objetivos de la educación. Tendremos que poner el énfasis en el desarrollo de competencias humanas como la creatividad, el pensamiento divergente, la inteligencia emocional y el aprendizaje vivencial.

Al fin y al cabo, la maquinaria por muy avanzada que sea no deja de ser un medio al servicio de las personas. Solo transmitiendo el valor del cuestionamiento constante, la reflexión crítica y la búsqueda del conocimiento auténtico podremos evitar quedar atrapados en el círculo vicioso de la paradoja de la IA en el aula.


Imagen generada por el autor con Dall-E y Photoshop.


El peligro del círculo vicioso de la IA en la educación © 2024 by mestr_IA is licensed under CC BY-NC-SA 4.0 

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